El Autor del bien…

El Autor del bien padeció muerte, y la muerte no triunfó sobre la vida porque resucitó de entre los muertos y al tercer día ascendió al cielo; más, ahora está a la diestra del Padre para interceder por nosotros dándonos vida eterna para todo aquel que en Él cree y lo recibe de corazón.

En esta vida somos peregrinos; y si peregrinos somos debemos ser muy diligentes en hacer su voluntad, obedeciendo cada uno de sus mandamientos; sus mandamientos para nada son gravosos, esto es que no son difíciles de cumplir, entonces, si abandonamos el pecado, tenemos libertad de hacer tantas cosas maravillosas a través de los dones y talentos que nos ha dado.

La muerte es un imperio que aún no ha sido destruido; pero llegará el momento en que ya no tendrá poder sobre la humanidad… Cuando la humanidad se encuentre cumpliendo el plan de Dios de manera unánime, siendo un solo pueblo, alabándolo, adorándolo y manteniendo sumo respeto, es una de las razones por lo cual hemos sido creados y nuestra vida le pertenece al Autor del bien, y aquel nos ama inmensurablemente.

Y si morimos nuestra condición en el mundo celestial es buena si estamos con Él, y si en el mundo terrenal vivimos, también tiene su propósito a lo que hemos sido llamados, tanto un estado como el otro, sí permanecemos con Él, es buena. El sol saldrá para justos e injustos, hará llover de igual manera para ambos; así, como la muerte ineludiblemente será para todos, cuando cumplimos el ciclo final de la vida, o a veces su voluntad varia y ésta se anticipa, de un ser a otro. Esto está dentro de su soberanía.

He vivido la vida que me ha tocado vivir y ha sido placentera, dentro de la misma ha habido altibajos que me han ayudado a crecer; pero siempre me mantuve aferrada al verbo, que es la luz de los hombres. Cuando llegue mi muerte, estoy convencida que será el nacimiento a una nueva vida, si bien, sabemos que seremos transformados en nuevas criaturas, a lo mejor tan resplandeciente como el sol, o tan grande como una estrella, no lo sé, solo sé que quiero ser aunque pequeña, alabanza, gloria, y deleite para Él.  -Anydey-