Cuenta la leyenda que hubo una vez en Belén el nacimiento de un niño hermoso sobre un pesebre, su madre se llamaba María y su padre José, cabe mencionar que a este acontecimiento le precedió una profecía, su concepción fue muy diferente a todas, nació de una virgen, engendrado del Espíritu Santo de Dios… Ya todo estaba dispuesto que íbamos a tener un rey, no cualquier rey, Él quitaría el pecado del mundo, siendo el Salvador de los hombres.
Una estrella muy brillante en aquella noche mágica resplandeció en el firmamento, era la guía la cual llevaría al lugar de destino a los magos, iba delante de ellos hasta que se estacionó justo donde estaba el niño, ellos se regocijaron y lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
Desde aquel instante cambio el curso de la humanidad, el pequeño saldría en un futuro no muy lejano del nido… e iba a mostrar que es Él, el camino, la verdad y la vida, nos daría a conocer que nuestra existencia no tiene final, confiar en su ser es traspasar a la eternidad, donde hay un mundo celestial de amor y paz.
Ha trascendido en el mundo entero esta leyenda de navidad, a decir verdad nos es una leyenda sino la misma realidad, la cual ha sido narrada generación tras generación… ¿No es acaso una maravilla? Se ha mantenido intacta esta revelación, llenas de promesas, llenas de verdad, llena de fragancia, con el poder de cambiar la vida del más vil pecador. Es por eso que toda la tierra canta que… “Jesús es el Redentor”… -Anydey-
Completo!!! En realidad es la historia que debe ser contada en estas fechas.
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Así es Stephy, el verdadero propósito es recordar la natividad de nuestro Salvador.
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La más linda historia!! Gracias a Dios por enviar a Jesús nuestro amado Redentor.
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Amén!!
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